Esta
cavidad natural da acceso al pueblo de Cuevas del Agua, del que recibe su
nombre, y supone una de las pocas muestras de cuevas por las que se puede
transitar en coche.
Durante 300 metros serpenteantes se pueden apreciar
magníficas formaciones calcáreas, así como la vida ligada a la oscuridad, y al
arroyo adyacente. Estalactitas, estalagmitas o coladas son algunas de las
formaciones que por su belleza y singularidad llegan en algunos casos a recibir
nombres como "La lengua del diablo" o "Las barbas de
Santiago". (Fuente: turismoasturias.es)